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China experimenta el ‘boom’ de las bicicletas compartidas

136253473_14937898069831nBEIJING, 3 may (Xinhua) — El 22 de abril del año pasado, los habitantes de Shanghai vieron unas extrañas bicicletas de color naranja y gris estacionadas aleatoriamente en las calles de su ciudad. Era la primera vez que se topaban con bicicletas compartidas ubicadas fuera de los tradicionales puestos de alquiler, según un artículo publicado recientemente por la revista China Hoy en su versión en español.

Según Mobike, la compañía que desarrolló estos vehículos, su propósito es «ayudar a cada ciudadano a moverse con facilidad, sin tener que pagar altos precios».

Cuando salieron al mercado, las bicicletas compartidas Mobike rápidamente llamaron la atención de una gran cantidad de clientes, y pronto se hicieron virales en las redes sociales.

A inicios de septiembre, este servicio fue inaugurado en Beijing, y luego se extendió hasta Guangzhou, Shenzhen y Chengdu. En Shenzhen, después de unos 30 días de prueba que comenzaron a mediados de octubre, el número de bicicletas Mobike alcanzó las 30.000 unidades.

El 17 de febrero de este año, Mobike comenzó pruebas en Haikou, en Hainan, provincia insular del extremo sur de China. Hasta entonces la empresa solo había ofrecido servicios en 20 ciudades del país, pero sus bicicletas circularán en otras ciudades de Hainan si los resultados de la prueba resultan positivos.

Wang Xiaofeng, director ejecutivo de la empresa, anunció que el objetivo de Mobike es proporcionar 100.000 bicicletas en cada ciudad.

LAS BICICLETAS EN CHINA

China alguna vez llegó a ser considerada el «reino de las bicicletas» por la enorme cantidad que había en las calles de sus pueblos y ciudades. Incluso, los chinos todavía sienten un apego especial por este vehículo.

Además de ser un medio de transporte, durante la década de 1970 las bicicletas también eran consideradas un símbolo de estatus social en las familias y, junto a un reloj y una máquina de coser, eran uno de los tres artículos requeridos para contraer matrimonio.

Con la política de reforma y apertura, sin embargo, el nivel de vida del pueblo chino se incrementó poco a poco y las bicicletas, cuyos timbres resonaban en todos los rincones de las calles, dejaron de ser un artículo de lujo. De hecho, una de las escenas más representativas de China es el enorme flujo de bicicletas en hora punta.

A finales del siglo XX, con el acelerado desarrollo de la economía china, el número de vehículos automotores aumentó sin cesar, dada la facilidad y eficiencia de estos, y las bicicletas fueron desapareciendo paulatinamente.

Según estadísticas dadas a conocer por el Buró de Administración del Transporte del Ministerio de Seguridad Pública, a finales de junio del año pasado China se había convertido en el segundo país con más vehículos automotores. De los 290 millones vehículos registrados, 194 millones eran automóviles.

Al tiempo que ocurría este aumento, el uso de bicicletas disminuyó rápidamente. Por ejemplo, mientras que en 1980 el 62,7 por ciento de los viajes en Beijing se hacían en bicicleta, en el año 2000 la cifra cayó al 38 por ciento y, para finales de 2014, el número tan solo representaba el 11,9 % de la movilidad en la capital.

A pesar de que los vehículos automotores son más convenientes para el pueblo chino, conllevan graves problemas como embotellamientos y contaminación atmosférica.

De hecho, la gente se burla de Beijing diciendo que es la capital de los atascos. Son precisamente estas complicaciones las que están avivando nuevamente el uso de las bicicletas, gracias a ventajas como el bajo consumo de carbono y el mínimo gasto de recursos. Desde el gobierno hasta los ciudadanos, todos están apostando por el uso de bicicletas y otras formas de transporte más ecológicas.

No obstante, dado el crecimiento de las grandes ciudades, la larga distancia entre la casa y el trabajo muchas veces hace que moverse en bicicleta no sea la mejor opción. Ese «último kilómetro» que enlaza las estaciones de metro o las paradas de autobús y otros medios de transporte se ha convertido en un problema.

El uso de bicicletas públicas en Beijing se empezó a expandir en 2001. Según datos del periódico Beijing Evening News, en noviembre de 2015 la cantidad de viajes en bicicletas públicas alcanzó los 300.000 en un solo día, con más de 400.000 tarjetas de este servicio en toda la ciudad.

Las desventajas de las bicicletas públicas suelen ser motivo de burla, a pesar de que el fervor hacia ellas está reflejado en la alta demanda del pueblo. Antes de poder utilizar las bicicletas públicas, las personas deben presentar todo tipo de documentación para tramitar una tarjeta. Además, es común que los usuarios no encuentren bicicletas en el puesto de alquiler o que simplemente sea difícil dar con un puesto, dadas las restricciones en los lugares de estacionamiento.

CRECE LA DEMANDA

El uso de las Mobike es más sencillo que el de las bicicletas públicas tradicionales. Los usuarios pueden reservar, retirar las bicicletas y realizar pagos con tan solo una aplicación móvil.

Además, no es necesario devolverlas en un lugar determinado después de usarlas, sino que se pueden dejar en cualquier zona pública de estacionamiento para que otros usuarios las encuentren y puedan hacer uso de ellas con facilidad.

La primera vez que Wei Bo, de Beijing, conoció las bicicletas Mobike fue durante un viaje a Shanghai. «Yo andaba mucho en tacones para salir bonita en las fotos, pero sufría mucho con las largas caminatas. Luego recordé que alguna vez alguien había mencionado las bicicletas Mobike en Shanghai. Como no estaba familiarizada con la ciudad, me demoré mucho en encontrar una bicicleta en la Torre Perla Oriental, pero tras un registro sencillo, logré contemplar el paisaje a la orilla del río Huangpu y conocer de cerca las costumbres y la cultura local montando una Mobike. ¡Fue una experiencia fantástica!», relató. Durante la mayor parte de su viaje a Shanghai, Wei Bo recorrió las calles a bordo de una Mobike.

Unos meses después, Wei Bo casualmente encontró bicicletas Mobike en las calles de Beijing.

«Entre mi casa y mi trabajo solo hay una parada de autobús, pero tardo como media hora si voy caminando. Y si hay embotellamiento, me metería en un lío enorme. En Beijing había bicicletas públicas, pero los trámites eran tan complicados que nunca me interesó hacer uso de ellas. Pero, por el contrario, el sistema de las bicicletas Mobike es muy sencillo. No tengo que preocuparme más por llegar tarde al trabajo», manifestó Wei Bo.

Wei Bo considera que las bicicletas Mobike son un modelo conveniente y agradable para los ciudadanos. Incluso, dice que ha cambiado su propio estilo de vida.

Otra de las ventajas de las Mobike es que los beneficiarios no tienen que preocuparse ni por averías, como pinchazos de ruedas o problemas con la cadena, ni por un posible robo. También son muy convenientes en caso de querer cambiar a otro medio de transporte en el transcurso del viaje.

La compañía Mobike también sigue de cerca el funcionamiento de sus productos y remodela y perfecciona las estructuras de forma constante para brindar el mejor servicio a los usuarios.

Por ejemplo, remodeló el diseño del esqueleto de la bicicleta, problema planteado por muchos usuarios, y modificó otras fallas como el peso inadecuado y la falta de canastillas frontales.

Uno de los últimos cambios fue la instalación de un panel solar, en aras de contribuir a la mejora del medio ambiente y el consumo bajo de carbono. Las bicicletas de Mobike ya se encuentran en su tercera generación. «No debemos detenernos en el mismo estilo de pensamiento, sino que es necesario seguir explorando sin cesar, con el propósito de encontrar una manera perfecta para mejorar la experiencia del cliente», manifestó la empresa.

Por otro lado, aseguró que seguirán en su labor de alentar el uso de las bicicletas en la ciudad para generar un mejor entorno urbano.

En términos de costo, los números también disminuyeron a partir de la última generación de bicicletas. Mientras el costo de producción bajó de entre 2.000 y 3.000 yuanes a menos de 1.000 en los modelos Mobike Lite, el precio que deben pagar los usuarios por viaje bajó de 1 yuan a 50 centavos de yuan.

LA «BICICLETA COMPARTIDA INTELIGENTE»

Además de las bicicletas Mobike, otras compañías de bicicletas compartidas, como Ofo, U-Bicycle y Xiaoming, han ido surgiendo en el marco de la difusión de los viajes respetuosos con el medio ambiente en China. La competencia en este ámbito ha logrado una constante renovación de las empresas, lo cual ha favorecido las condiciones de uso de las bicicletas.

El gobierno deberá seguir apostando por la mejora de las condiciones públicas para el uso de las bicicletas, entre otras cosas, estableciendo vías para que circulen y garantizando la seguridad de los ciclistas. Por ahora, en Beijing se están planificando todo tipo de medidas, como el rediseño de la anchura del carril para bicicletas y la prohibición de vehículos motorizados en el mismo. Se espera que para 2020, cuando finalice el XIII Plan Quinquenal, Beijing cuente con una red de vías para bicicletas de aproximadamente 3.200 kilómetros.

Cabe destacar que el Gobierno también forma parte de la iniciativa de las bicicletas compartidas. El Plan de Reutilización de las Bicicletas en Desuso, propuesto conjuntamente por la empresa Edaibu y el gobierno del distrito de Haidian (Beijing), tiene el propósito de reciclar y dotar a bicicletas abandonadas o en desuso de un sistema de computación inteligente, para presentar una «bicicleta compartida inteligente». Se espera que este producto entre en el mercado con 20.000 bicicletas.

El plan de la «bicicleta compartida inteligente» fue puesto en marcha en noviembre de 2016 en 29 barrios del distrito de Haidian. Entre bicicletas abandonadas en los rincones de las calles y donaciones de bicicletas viejas y en desuso hechas por ciudadanos, los operadores del sistema reconstruyeron, dotaron con una plataforma inteligente y pusieron en el mercado decenas de estos innovadores vehículos.

Este plan, que contó con un sólido apoyo ciudadano, no solo resolvió el problema de las «bicicletas cadavéricas», que desde hacía años invadían el paisaje urbano y generaban pérdidas de recursos, sino que también abrió la puerta a que más ciudadanos optaran por desplazarse en este medio de transporte.

El gobierno local de Beijing espera que el porcentaje de viajes en bicicleta se incremente hasta el 16% en 2020 y supere el 20% para 2030.

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