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Con esta medida se avanza en el proyecto de convertir al yuan en una moneda globalmente influyente, pero también se corre el riesgo de una repentina devaluación. Más detalles en el siguiente reportaje.
El uno de octubre, el yuan se une oficialmente al selecto club de las principales monedas del mundo: los Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional.
A partir de ese momento, los 188 miembros del organismo internacional podrán pedir o devolver un préstamo en la moneda china.
Según el Fondo Monetario Internacional, el yuan tendrá el tercer mayor porcentaje en la canasta, un 10,92 por ciento, por detrás del dólar estadounidense y del euro.
Algunos esperan que un yuan más internacionalizado lleve a una variación más razonable de la moneda. Otros, sin embargo, advierten de la posibilidad de que se produzca una repentina devaluación.
Consecuencias de un yuan más internacionalizado
El director de Société Générale, Gu Sairong dice :»Como responsable de una de las principales economías del mundo, el Gobierno chino no permitirá una fuerte depreciación. Creo que las autoridades están seguras de eso. El yuan no se apreciará al unirse a la canasta de Derechos Especiales de Giro, pero el control del tipo de cambio del yuan será comparativamente menor, lo cual creará oportunidades para los vendedores a corto plazo y eso provocará una ligera devaluación».
Desde la victoria del «brexit» en el referéndum británico de junio, el yuan ha seguido debilitándose respecto al dólar.
La fijación del punto medio diario de negociación del yuan ha descendido desde los 6,5 hasta casi los 6,7 yuanes por dólar actuales. Los analistas, sin embargo, ven improbable que el Banco Popular de China modifique su política monetaria.
Gu señala :»El cambio de política monetaria tiene en cuenta la economía nacional, pues la política monetaria se usa para estabilizar los precios de las materias primas e impulsar la economía. Así pues, la política monetaria poco puede hacer con los tipos de cambio. En otras palabras, creo que China continuará con su prudente política monetaria para controlar las burbujas de activos y, al mismo tiempo, estimular la economía real. Eso no va a cambiar».
