Música, exposiciones, concursos, diversión, playa, sol … Benicàssim, en la costa de Castellón, se convierte en julio en uno de los lugares más animados de España y de Europa gracias al FIB: el Festival Internacional de Benicàssim. Miles de personas acuden a este lugar del Mediterráneo para disfrutar de un evento que ha traspasado fronteras y que es toda una referencia en el panorama artístico internacional.
Prohibido aburrirse. Con esta idea, cada verano miles de fibers llegados de distintas partes del mundo llenan las calles de Benicàssim, a sólo 12 kilómetros de la ciudad de Castellón, en plena Costa del Azahar. Durante varios días, se puede disfrutar de una programación innovadora y atenta a la actualidad, que incluye también a artistas que son una referencia en la escena mundial y despliegan su arte sobre los distintos escenarios y carpas que integran los 100.000 metros cuadrados del recinto del FIB. Sin duda, este festival es una cita ineludible para los fans de la música.
Pero el FIB va más allá de la programación musical. Concursos (como Proyecto Demo o Un-Pop Classik), actuaciones de danza, teatro (FIB-actúa), cursos de expansión cultural, exposiciones de arte contemporáneo (FIB-Art) y cortometrajes (Festival Internacional de Cortos FIB) son otras de las disciplinas artísticas de un evento que sirve, además, como plataforma de expresión y lanzamiento de nuevos y jóvenes talentos. Este ambiente creativo se extiende por toda la localidad, que se vuelca con un acontecimiento que cada año cuenta con mayor número de devotos y donde ante todo reina el buen ambiente, la tolerancia y la camaradería.
Esta atmósfera tan particular se vive de una manera muy especial en las áreas de acampada del festival. Es donde los fibers descansan y reponen fuerzas, aunque sea por unas pocas horas. El recinto del FIB, además, cuenta con un mercadillo con tiendas de discos, ropa, complementos, peluquería, tatuajes, piercings y restaurantes, así como puntos de asistencia sanitaria.
Esto es sólo una parte de lo que ofrece Benicàssim durante el FIB. Venga al FIB y aproveche para disfrutar de este destino en el que son protagonistas las playas kilométricas, el sol, el buen clima y las numerosas posibilidades de ocio. Sin duda, una experiencia singular que vale la pena vivir.